Una de las ventajas de volver a Europa es lo bien conectada que está y que viajar, sobretodo a países cercanos, requiere poco tiempo y es mucho más asequible. Así que me ilusiona pensar que dentro de unos meses, si todo va bien, pueda empezar a hacer alguna escapadita o algún viaje que tengo pendiente desde hace mucho, mucho tiempo...

Aquí los próximos cinco destinos que quisiera visitar...

1. Grecia



No ha sido una, sino dos veces que el destino cruel me ha negado la posibilidad de visitar este país que tanto me atrae. La primera vez, se suponía que llegaría a él en barco, durante un crucero por Turquía y las Islas Griegas.  Con salida desde Estambul, el barco se encalló frente a la costa en la segunda parada del itinerario. Salimos en la tele, con motín a bordo y todo (ay, qué recuerdos aquellos...). Finalmente, tras tres días allí estancados nos llevaron a la costa en barquitas y fuimos repatriados. Yo que había preparado ese viaje con meses de antelación, me quedé con las ganas...


Así que unos años más tarde, con esa espinita clavada en lo más profundo de mi ser, programé un viaje a dúo con mi madre para visitar Atenas y varias islas del Egeo. Como profesional del turismo, me emocioné. Organicé el tour yo misma, y ya había reservado vuelos, hoteles (exquisitamente seleccionados para tener la mejor relación calidad-precio), los ferries, planifiqué las excursiones y visitas con cariño... hasta había creado una pequeña guía de viaje. Y la pobre de mi madre se rompió la tibia y el peroné dos semanas antes de viajar.

En aquella época Hugo Silva anunciaba el "yogurazo" griego por la tele. Aparecía allí, sentado cómodamente en una terraza con vistas al mar donde se suponía que tenía que estar yo. Lo odio desde entonces.


Por todo ello, Grecia está en mi número de deseos no cumplidos. Espero poder tacharlo de la lista pronto, es cuestión de encontrar el momento, total el viaje ya lo tengo montado...

 2. Norte de España 

Aunque pasé gran parte de mi infancia veraneando en el norte, tengo dos grandes destinos pendientes en la zona más oriental: País Vasco y... Barcelona. Sí, eso he dicho. Sí, esa cara es la que me pone la gente cuando les digo que nunca he estado en Barcelona. Y lo sé, no puede seguir así.


 En mi defensa diré que España es muy grande y existen muchas más cosas que ver aparte de la ciudad condal, y muchas de ellas me las he pateado ya. A Barcelona aún no he ido porque simplemente no ha cuadrado. Y por mucho que tenga ganas de conocerla, reconozco que me irrita que reaccionen como si me hubiera perdido lo único que vale la pena (vale, se trata de gente extranjera en su mayoría, así que les vamos a perdonar por esta vez...).

La última vez que se me presentó la oportunidad, iba a viajar con una amiga francesa en autobús desde Madrid. Se le metió en la cabeza que lo mejor era dormir en la playa para no tener que pagar alojamiento. Finalmente recliné amablemente tu invitación y me alejé dando pasitos hacia atrás pooooco a pooooco :P

Y en cuanto al País Vasco... ¿Acaso no es obvio? La meca gastrómica por excelencia. San Sebastián. Bilbao. Los pueblos marineros. La España verde. No se necesita decir mucho más.


Así que un itinerario desde País Vasco a Barcelona, atravesando los pirineos y bajando por la costa Mediterránea sería un itinerario ideal para un próximo viaje por España.

3. Cuba



En la pared de mi habitación en mi casa española todavía cuelga un poster de La Habana, y no es porque sí. Desde siempre me he sentido atraída por la cultura afrocaribeña y sobretodo por sus bailes, y desde mi época alemana el gusanillo por Cuba no dejó de incrementar. ¿Tiene sentido?

Resulta que en Sajonia, al pertenecer a la antigua Alemania comunista, hay una gran comunidad cubana. Una comunidad que me adoptó como suya cuando, en búsqueda de un equilibrio con el frío invierno y el pragmatismo alemán, me metí en un bar de salsa. Aquellos cubanos, además de enseñarme a bailar salsa (palabras mágicas: "tan sólo camina") y a hacer mojitos, me enseñaron lo que es la alegría de vivir cubana y con sus historias sobre su tierra natal, consiguieron que aún más ganas de conocerla.


La Habana, Santiago, Santa Clara, Trinidad... La isla vecina tiene muchos atractivos que me muero por conocer. A pesar de la cercanía no he tenido oportunidad de viajar allí desde República Dominicana, pero sin duda, viajar allí algún día sería un sueño hecho realidad.

4. Italia


En realidad, ya he estado en Italia, pero aún no conozco casi nada. Mi único viaje a Italia fue por un proyecto en la región de Reggio Calabria (para el que no sepa donde está, es la punta de la bota), una zona menos conocida pero encantadora. Aún así, obviamente, no es suficiente.

Es doloroso decirlo, pero confieso que he dormido en Roma pero no conozco Roma. En aquella ocasión, mi vuelo desde Madrid salió con retraso y perdí mi conexión a Reggio, teniendo que quedarme a dormir en un hotel cerca del aeropuerto de Fiumicino. Llegué al hotel bien entrada la noche, y volaba de nuevo muy temprano en la mañana. La tentación a hacer una escapada nocturna a la ciudad fue difícil de resistir, pero era suicida. Fue doloroso no hacerlo... de verdad que sí.


Unos años más tarde, mi chico estuvo de viaje por Italia. Desde entonces no deja de hablarme de un pequeño restaurante cerca de la Piazza Navona al que sueña con llevarme a cenar algún día. Y no no voy a ser quien le lleve la contraria. Y es que un viajecito entre Roma y Florencia, a paso lento por la bucólica Toscana es un plan a dos que apetece muy mucho.

Y si hay comida italiana de por medio, mejor que mejor.

5. Marruecos



Es curioso lo mucho que los españoles tenemos en común con nuestros vecinos sureños y al mismo tiempo, lo exóticos que me parecen. Y es que compartimos un pasado y una cultura, que aún hoy en día se refleja en nuestra mesa, en nuestra lengua, en nuestros monumentos históricos y en nuestros rostros.

Tanto es así que yo misma me he encontrado en bastantes ocasiones frente a un marroquí o un argelino diciéndome cosas como "Tu debes ser de Andalucía pa' bajo" o "¿Tienes orígenes marroquís, verdad?". Por no hablar de mi hermano, al que le hablan directamente en árabe.

¿Será por eso que me atrae tanto? Y es que desde sus ricos platos, a sus paisajes de arena, su música, sus mezquitas y sus mercados, todo me fascina. Deben ser los genes de siglos atrás que me tocan el corazoncito.



Ciudades como Marrakech, Essaouira, Fez o Urzazar me están esperando desde hace tiempo y yo no quiero hacerles esperar más.

Así que ya sabéis, si estáis pensando en invitarme a alguno de estos destinos, no os preocupéis que yo voy encantada. Y si no, pues por lo menos compartir las fotos, que menos es nada.

Nos leemos pronto, sed buenos y viajad mucho...


Arrivederci!